5 de octubre de 2011

INOLVIDABLES: “EL AMOR ES UNA ISLA” de Claudie Gallay

«Durante mucho tiempo tuvo la esperanza de que podrían ser felices el uno sin el otro.»


‘El amor es una isla’ la nueva novela de la francesa Claudie Gallay ha sido la gran esperada desde que apareció en Francia, ahora Duomo, la publica en castellano y la novela tan esperada no defrauda. ‘El amor es una isla’ es una soberbia novela. El lector que ya conoce a Claudie Gallay sabe que de sus novelas nunca se sale impune. El lector que todavía no la conoce debe saber que adentrarse en sus novelas es escavar bajo su propia piel, es ahondar en esa parte sensible y secreta que todos poseemos, es leer y tener que salir de la novela para poder respirar pues sus frases cortas a veces dañan y sus atmósferas densas y asfixiantes no dejan respirar pero aun así se sigue. Gallay seduce, enreda, asfixia y al fin te deja respirar pues siempre deja una puerta entreabierta para que los protagonistas de sus novelas puedan agarrarse a la vida por mucho que duela en vez de hundirse hasta el fondo y no salir jamás. En ‘El amor es una isla’, dos personajes centrales Odon y Mathilde con una historia de amor de esas que valen la pena, de las que se viven, de las que dejan sin respiración, pues es todo o nada y es un siempre. Odon que por amor a Mathilde es capaz de todo sin pedirle nada a cambio. Mathilde que es Odon o nadie. Una pareja que aún estando a cientos de kilómetros de distancia nunca se separan y que en la novela se reencuentran en Aviñón en el festival de teatro que se celebra cada verano en esta ciudad. Él, propietario de un teatro. Ella, actriz. A esta pareja memorable y pasional, les acompañan personajes con sus propias contradicciones que también van buscándola luz: Julie, Damien, Nathalie, Isabelle, Odile, Jeff,… y en lado opuesto como la nota discordante capaz de quitar el sosiego a todos ellos: Marie. La hermana de Paul, un autor de teatro fallecido. Marie una niña llena de amor por su hermano muerto. Marie una niña con sed de venganza o quizás de justicia. Una sed comprensible a ratos, incompresible en otros, que es la leña que alimenta a la novela y es el calor y los escalofríos que sienten todos los protagonistas de ‘El amor es una isla’ incluso el lector. ‘El amor es una isla’ es una estupenda novela cuya lectura es de esas que se debe dejar reposar dentro de uno como los grandes amores, como cuando se cree que se puede ser feliz sin el otro y se descubre que es una rotunda mentira.



© MARÍA AIXA SANZ