25 de septiembre de 2012

INOLVIDABLES: “PAPELES EN EL VIENTO” de Eduardo Sacheri

—Oiga, don—lo encara, cuando no puede más—: Qué le parece si nos asociamos: yo compro bizcochos y usted me convida a mate.
El viejo acepta y el Ruso se hace una escapa hasta el bufet.
—¿Abro los dulces o los salados? —pregunta cuando vuelve.
—Eeeeh… arranquemos por los dulces, si le parece.
El Ruso asiente, se sienta junto al viejo y abre el paquete de bizcochos. A la cuarta o quinta ronda de mate ya tiene un bosquejo de la biografía del viejo.


‘Papeles en el viento’ la nueva novela de Eduardo Sacheri publicada por Alfaguaraes la historia de cuatro amigos, una historia a cuatro bandas: cuatro tipos completamente distintos que han crecido juntos en el mismo barrio y cuyas vidas siguen estrechamente ligadas con una lealtad a prueba de bomba. ‘Papeles en el viento’ es la historia de: Fernando, el tipo íntegro; el Ruso, el grandote de corazón; Mauricio, el ambicioso; y el Mono, el tarambana. Cuando el Mono se muere les deja a los otros tres el pase del futbolista Mario Juan Bautista Pittilanga; éstos deciden vender a Pittilanga para recuperar el dinero que el Mono invirtió con tal de dárselo a la hija de diez años del Mono. Esa buena idea se convierte en toda una aventura de cuatrocientas páginas en que el lector va a disfrutar como pocas veces. ‘Papeles en el viento’ no es una boludez para que el futbol también invada las páginas literarias. En ‘Papeles en el viento’ el fútbol es la excusa para contar una historia de verdadera amistad; de un territorio común; es la historia de cómo, cuánto y hasta dónde es capaz de llegar, aguantar y soportar la lealtad. ‘Papeles en el viento’ es un canto a este tipo de amistad, una amistad que viene a ser como de hermanos. La novela de Eduardo Sacheri tiene la dosis de humanidad y de realidad necesarias como antídoto ante el otoño, no hablo solamente del otoño estacional sino del otoño de nuestras vidas. Una novela que hace aflorar la risa y la ternura a partes iguales. Una novela perfecta. De esas que al cerrarlas el lector siente la satisfacción de haber leído una novela que le ha sumado en su vida, de haber leído una historia bien contada, con unos personajes entrañables y maravillosamente definidos.


© MARÍA AIXA SANZ