16 de junio de 2014

RESEÑA DE 'CAÓTICA' de María Aixa Sanz (ALFREDO AVILÉS)


Hay dos cosas que comparten tanto las novelas como los amores para que en verdad funcionen, estas dos cosas son la magia y la pasión. En el amor acabados la magia y la pasión se acabo la relación; y en las novelas sí llegados a un punto el lector no ha sentido todavía en su ser la pasión por la historia que está leyendo  y la magia no le ha envuelto y llevado consigo a un mundo imaginado, mal andamos.

La pasión en la literatura es la necesidad de seguir con la lectura, es tener la historia en mente y querer abrir cuanto antes el libro para seguir leyéndolo; y la magia es el don que posee el buen novelista para hacer que su historia, la que ha inventado, sea también de otros, les traspase la piel, les convenza, la crean y les llegue al alma sintiéndola parte de su ser.

De modo que es conocido que toda buena novela como todo amor para que funcione debe despertar la pasión del lector y cautivarlo con su magia.

Esta introducción era para decirles que ‘CAÓTICA’, la séptima novela de la valenciana María Aixa Sanz, posee ambas.

‘CAÓTICA’ es una novela mágica, pues posee esa magia de la que he hablado. Una magia que se tiene o no se tiene y ‘CAÓTICA’ la tiene. ‘CAÓTICA’ arrulla, envuelve, hechiza, arrebuja, viste al lector con ella y lo traslada a un lugar donde manda la pasión; la pasión por una isla, por una vida sencilla —haciendo suyo aquello de que  no es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita—, por oír contar historias, por la curiosidad, por la mar, por el salitre, por los libros, por la empatía que unos personajes sienten por otros, y también por el mundo y sus gentes. Pues ‘CAÓTICA’ es el mundo en una novela. Es una novela universal y global. Los personajes de ‘CAÓTICA’ son seres que llegan a la isla para desplegar como una paleta de colores o un abanico inmenso infinidad de historias de todas partes del mundo y de toda clase de vida o de formas y/o maneras de vivir. Llegan a la isla para sumar y los isleños, los habitantes de Caótica beben y absorben como esponjas esas historias que les llegan de ultramar. Las historias que llevan consigo cada uno de los forasteros que llegan a la isla son auténticos tesoros para el buen lector, desde la historia del niño tuareg, a la del Señor Trottle, a la de los Owen, o la de la botánica Sybille Hawtrey o la niña Cora, por mentar algunas ya que todas ellas son espléndidas joyas, un delicioso manjar. Fue Emily Dickinson quien acuñó la famosa frase de: «Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro». Una frase que yo no comparto al cien por cien pero puestos a viajar mediante un libro y si este no es ‘La vuelta al mundo en 80 días’ yo me quedo con ‘CAÓTICA’ sin ninguna duda. Se lo aseguro.

De tal modo que el lector, como ya me ha ocurrido a mí a muchos otros lectores, se ve transportado a un territorio único, lleno de acontecimientos que se suceden en el tiempo sin descanso para su deleite, haciendo despertar en él, la pasión por ese lugar hasta el punto de que éste alza la vista de la novela y piensa que le gustaría vivir por un tiempo en Caótica; y eso señores y señoras, volviendo al principio de la reseña,  es porque ‘CAÓTICA’, la novela, está llena de magia.

Una magia que no nos abandona y que es mérito exclusivo de la autora de la novela, la novelista María Aixa Sanz.

Sobra decir que el que no nos abandone la magia tanto en las novelas como en el amor indiscutiblemente nos hace ser unos privilegiados.

Por tanto: bien hallada ‘CAÓTICA’.
Una novela para vivir y releer.  


Reseñado por Alfredo Avilés [Bibliotecario]