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3 de diciembre de 2013

INOLVIDABLES: “MI ÁNTONIA” de Willa Cather

«No había nada más que tierra: no era un país, sino el material del que están hechos los países.»

Todas las novelas de Willa Cather tiene un punto en común: el anhelo. Todos sus personajes anhelan algo sublime que les haga salirse de los cauces normales de la vida, que les salve en cierto modo de la muerte. Cada uno de ellos persigue anhelante algo que quizás concretamente no saben lo que es, pero hacen de ese anhelo su forma de vivir. Además todas las novelas de Willa Cather dejan patente la descomunal calidad narrativa de esta autora. Desde que en su día leí el relato ‘El caso de Paul’ y tras leer ‘Una dama extraviada’, ‘Lucy Gayheart’ y ‘Mi Ántonia’ sigo manteniéndome en la impresión de que las historias de Willa Cather son sencillamente sensacionales. Como he mencionado antes todos sus personajes son seres que aspiran a más, a un mundo plagado de belleza, de arte, donde los sueños se materializan. Vivir para esos sueños o mejor no vivir, sería la conclusión a la que se llega tras leer estas novelas. Los personajes de Cather y la propia Cather poseen la convicción de que sí la voluntad de transformar sus pequeñas vidas en grandes aventuras existe dentro de ellos acabará sucediendo. Y además del anhelo, Willa Cather, en sus novelas maneja con precisión los tejemanejes del amor: amor correspondido, amores platónicos, amores imposibles que los personajes llevan consigo hasta el final de sus días. Otra característica en común en cada una de las novelas de Willa Cather es el de personajes femeninos muy fuertes y de hombres que sienten una absoluta y rotunda debilidad y pasión hacia ellas.

En ‘Mi Ántonia’ (Alba Editorial), Willa Cather vuelve a demostrar al lector su maestría en narrar al detalle; y de nuevo aparece esa fascinación del hombre hacia la mujer. De la misma forma que en ‘Una dama extraviada’ Niel Herbert la sentía hacia la señora Forrester y en ‘Lucy Gayheart’, Clèment Sebastian y Harry Gordon la sentían por Lucy, en ‘Mi Ántonia’ es Jim Burden quién se siente fascinando por Ántonia, desde que tenía diez años y se fue a vivir a Nebraska a la granja de sus abuelos al quedarse huérfano. ‘Mi Ántonia’ es una historia de colonos del Oeste americano, narrada desde la perspectiva de un niño que va creciendo deslumbrado por su vecina Ántonia, una niña europea que junto a su familia acaba de llegar a tierras americanas para participar también en la conquista del Oeste.  Jim Burden nos narra su vida y la de Ántonia y mientras ellos conquistan el Oeste, Willa Cather de nuevo conquista al lector con ‘Mi Ántonia’. Toda una maravilla.

Tras leer una pequeña parte de la obra de Willa Cather, sólo me resta decir, que son novelas diez. Novelas redondas. Pequeños milagros en negro sobre blanco que dan sentido a toda una vida y que reconfortan al lector y le hacen sentir parte imprescindible de la literatura universal.


© MARÍA AIXA SANZ

2 de diciembre de 2013

INOLVIDABLES: “LUCY GAYHEART” de Willa Cather

Willa Cather en 1935 escribió ‘Lucy Gayheart’ (ALBA EDITORIAL). Una de las historias de amor más bellas de las narradas y de las leídas. El mayor de los placeres para todo buen lector. ‘Lucy Gayheart’ es una novela redonda en la que nada falta ni nada sobra. En la que se manifiesta, más que en ningún otra de sus novelas, esa pasión que sentía Willa Cather por narrar hasta el más mínimo detalle de igual modo: los matices de una puesta de sol; como el aroma de un ramo de flores; o el silencio de la escarcha y la magia de la navidad; o la elevación del ser humano a través del arte; tanto como el anhelo incansable de sus personajes por no querer conformase con lo mediocre ni lo vulgar y perseguir siempre, hasta el final, incluso más allá de las consecuencias, los sueños y la belleza que reside en ellos.

La novela ‘Lucy Gayheart’ pivota sobre tres personajes que se encuentran y desencuentran en Chicago. Los tres persiguen y anhelan lo que les falta en su vida, y se muestran inquietos y desdichados hasta que consiguen estar cerca de su sueño. Por un lado está Clèment Sebastian, un barítono aburrido de su vida que anhela la devoción que Lucy Gayheart le profesa; y por otro lado está Harry Gordon, un amable, infatigable y próspero caballero que solo siente que su vida está llena cuando tiene al lado a Lucy Gayheart. Como es natural el tercer vértice del triangulo es la propia Lucy Gayheart que persigue la belleza que brota de sus manos de pianista, es decir, la música y todo lo hermoso que ésta le ofrece en una vida lejos de lo trillado. Y en esa carrera hacia su nueva vida, en esa huida hacia la belleza intenta no romper el corazón del frágil Sebastian y del resolutivo Gordon, pues aun siendo éstos el uno la antítesis del otro solo son dos caras de la misma moneda. Ambos necesitan más que el aire que respiran las ganas de vivir de Lucy Gayheart; ambos necesitan de su amor.

Lucy Gayheart es uno de los personajes femeninos que brillan con todo su esplendor y que parece que la vida gravita, sin buscarlo, a su alrededor. Lucy Gayheart es una de esas mujeres que si ella se detiene el mundo se detiene con ella al menos un poquito; y Willa Cather lo perfiló, dibujó y narró de forma sublime. «La gente de Haverford sigue hablando de Lucy Gayheart. Cuando alguien la nombra, lo hace con un brillo dulce en el rostro o en la voz, con una mirada confidencial que dice: “Sí, ¿tú también la recuerdas?" La recuerdan como una muchacha delgada y siempre en movimiento: bailando, patinando o andando a paso ligero, con enérgica deliberación, como un pájaro que vuelve a casa. Cuando cae una nevada intensa, la gente mayor se asoma a la ventana y se acuerda de cómo pasaba Lucy, como un rayo bajo la tempestad, con el cuello de piel subido hasta las mejillas, sin encogerse, entregando su cuerpo al viento como si quisiera darle alcance.»

Leer a Willa Cather es una valiosa y hermosa experiencia. Aprovechen estos días invernales para conocer y sumergirse en su obra a tumba abierta. No se arrepentirán. Se lo prometo.

© MARÍA AIXA SANZ


23 de noviembre de 2013

INOLVIDABLES: “UNA DAMA EXTRAVIADA” de Willa Cather

«A su lado, las demás parecían torpes y vulgares, hasta las más hermosas resultaban apagadas: les faltaba ese algo en la mirada que le removía a uno la sangre. Niel estaba destinado a tener una vez más noticias de su dama, que llevaba tanto tiempo extraviada.»


Niel Herbert, el sobrino del juez de Sweet Water, una pequeña localidad del Oeste americano que resurge de la nada con la construcción del ferrocarril, siendo un muchacho  se siente fascinado por la señora Forrester, una fascinación que se torna en enamoramiento y en un amor que le dura toda la vida, pasando quizás a ser la señora Forrester la mujer de su vida. La señora Forrester es a su vez la gran señora de Sweet Water, la esposa del Capitán Forrester, el hombre que construye por esos pagos las líneas del ferrocarril. Los Forrester pasan los inviernos en Colorado y los veranos en una casa situada en la colina de Sweet Water y aun no siendo la casa espaciosa resulta ser la más grande y elegante de la localidad, además es  parada obligatoria para todos aquellos mandamases y petimetres que cruzan el Oeste. La señora Forrester es la anfitriona perfecta: bella, encantadora, llena de chispa y vitalidad. «La señora Forrester siempre estaba allí, en el umbral de la puerta, para recibir a los que llegaban, de cuya proximidad la avisaba el retumbar de las herraduras y el runrún de las ruedas al pasar por el puente de madera.»
El cambio para Niel Herbert  se produce en el momento en que los Forrester se ven obligados a pasar también el invierno en Sweet Water, desde ese día Niel y su tío empiezan a frecuentar las veladas de los Forrester y Niel pasa a ser el testigo mudo de la pareja y de la vida de su amor secreto: la señora Forrester. Niel Herbert se convierte en la persona de confianza y su existencia gravita alrededor del matrimonio, tanto del Capitán como de su esposa; y a lo largo de su vida ya sea de primera mano o por terceras personas siempre conoce qué es de los Forrester.
‘Una dama extraviada’ (ALBA EDITORIAL) es una inteligente novela, ya que lo que podía ser el relato de una amor platónico no se queda ahí, y Willa Cather ahonda en los dos personajes que forman el matrimonio Forrester; a la par, igual de interesantes y fascinantes para el lector.
Willa Cather escribió una historia nada superficial de un mundo en decadencia y de su resurgir. Una novela plagada de matices, paisajes, mínimos detalles, magníficos personajes secundarios y principales que convierten ‘Una dama extraviada’ en una novela brillante.


© MARÍA AIXA SANZ 


9 de octubre de 2010

INOLVIDABLES: “EL CASO DE PAUL” de Willa Cather


…No se veía con fuerzas de desinflarse, de renunciar a esa deliciosa emoción que era lo único que podía llamarse vivir…


El segundo título que Nórdica Libros publica en su colección de MiniLecturas es ‘El caso de Paul’, un brillante relato de la escritora estadounidense Willa Cather, de la cual, Nórdica Libros también publicará la novela: ‘One of ours’ ganadora del premio Pulitzer en 1923.

‘El caso de Paul’ es un relato narrado con brillantez y solvencia de lo tragicómica que llega a ser la vida, con toda su rotundidad y pesadez. Paul es un chico que se extasía con la belleza y el teatro y no se resigna a vivir su vida en un barrio obrero con un destino cierto: esposa, hijos y una rutina diaria apartada de lo bello, pegada a las ratas, por ello burla cada día a ese destino siendo acomodador en un teatro, mezclándose entre bambalinas con un mundo que le fascina, hasta que llega un día en que tiene que desplegar su propia obra de teatro que será tan bella que recular a su origen de clase baja, en Cordelia Street, será imposible.

(…) Allí estaba lo que él quería, tangible ante él, como el mundo de hadas de una revista musical de Navidad, pero unos espíritus burlones montaban guardia en las puertas, y mientras la lluvia le azotaba la cara, se preguntó si estaba destinado a quedarse siempre fuera tiritando en la negra noche, mirando hacia fuera (…)

Paul con una flor en el ojal es uno de esos personajes tan logrados que se clavan en la memoria del lector para los restos, por apostar sencillamente por ser diferente y querer vivir la vida que no le ha tocado al nacer. Un ejemplo de cómo por cumplir un sueño el riesgo vale la pena y Willa Cather lo narra con tal sencillez y dominio del oficio, que somos nosotros, los lectores quienes acabamos sintiéndonos en la piel de Paul y por tanto llevando un flor en el ojal con elegancia y osadía.
Un placer de lectura.


© MARÍA AIXA SANZ