—Entonces, ¿no ha encontrado
ningún inconveniente al alojamiento, Trottle? —le pregunte.
—Ni uno solo, señora. Es idóneo
para usted. Al interior no se le puede poner pega alguna, aunque al exterior
sí, una.
—¿Y en qué consiste?
—Justo enfrente de las que
serían sus habitaciones hay una casa en alquiler, pero no la alquila nadie.
—¡Oh!—dije yo, sopesándolo—.
Pero ¿tan importante le parece eso?
Alba en su colección Alba Clásica ha
publicado de manera exquisita en tapa dura y por primera vez en castellano ‘Una
casa en alquiler’ de Charles Dickens. ‘Una casa en alquiler’ es un
relato maravilloso, una obra maestra que ningún buen lector debe dejar de leer.
Charles Dickens en 1858 ideó este relato que aúna intriga, imaginación,
aventura, humor, emotividad y el gusto por contar y oír buenas historias. Una
idea, un proyecto, en los que contó con los escritores Wilkie Collins y Elizabeth
Gaskell y la poeta Adelaide Anne Procter dando forma a ‘Una casa
en alquiler’ donde algunos de sus capítulos se escriben a cuatro manos. De
nuevo, una vez más, Charles Dickens crea unos personajes con una fuerte
personalidad delante de los cuales el lector se rinde a sus pies o los repudia.
Conocida es la facilidad con la que en el mundo de Dickens se diferencia
el bien del mal. El héroe de esta novela es Trottle la mano derecha y
mayordomo de la entrañable y divertida Sophonisba, la señora que alquila
la casa de enfrente de la casa que nunca se alquila a nadie. Una pareja la de
Sophonisba y Trottle, y un relato que nos llena de esa mezcla tan
especial de admiración y placer que solo sentimos ante la buena literatura. Es
de inteligentes no prescindir de la lectura de ‘Una casa en alquiler’
pues convencida estoy de que estará entre sus favoritas.
© MARÍA AIXA SANZ