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y al ver a Korngold y su ex mujer al otro lado de la mesa, la intimidad y
afabilidad de su forma de relacionarse, la furtiva y tácita complicidad que
existe entre ellos, comprende lo solo que está, la soledad en la que vive,
Con ‘SUNSET PARK’ (Anagrama), Paul Auster da un golpe sobre
la mesa y demuestra, despejando dudas, que es el escritor entre escritores, el gran
novelista y ‘Sunset Park’ la gran
novela. Partiendo de una fotografía que realizó a una casucha que le llamó la
atención, fabula, tira del hilo e inventa una historia que se transforma en una
gran novela y da ejemplo de lo que debe ser un novelista en estado puro: el que
tira de la imaginación y no novela sucesos acaecidos en otras épocas, en otros
tiempos. Auster fabula, imagina y nos cuenta una magnífica historia. Sólida en
argumento. Sólida en estructura. Sólida en su fin. Como una letanía hipnótica
‘Sunset Park’ penetra en el lector y éste se convierte en un animal voraz,
negándose a soltar su presa.
Al lector le embarga el deseo
durante toda la novela de que a todos los protagonistas les vaya bien.
Auster implica al lector en la trama de tal modo que los protagonistas son
parte de su piel, son sus hermanos y esos cuatro okupas de ‘Sunset Park’, son tan nuestros como suyos: el enorme y
generoso Bing Nathan, la erótica y sexual Ellen Brice, la voluntariosa y
comprometida Alice Bergstrom, el taciturno y responsable Miles Heller. Aunque
la novela es un tête à tête entre Morris
Heller y Miles Heller, padre e hijo, los otros personajes, dado el magnífico
perfil que ha creado Paul Auster, se vuelven protagonistas principales de la
novela y qué decir de esos tres secundarios de lujo: Renzo Michaelson (álter ego de Auster), Mary-Lee Swann y
Pilar Sánchez. Auster traza tan a la perfección los matices, los contornos de
cada uno de ellos, las luces y las sombras de cada personaje que los vuelve personas y hasta la madrastra
resulta ser mala.
Paul Auster en Oviedo |
Paul Auster novelista en mayúsculas ha escrito una de las
mejores novelas de los últimos años, que crece con el paso de las páginas. En
‘Sunset Park’ disfrutamos de un espléndido Auster. Un Auster mejor que nunca y
lo mejor es que no intenta quedar bien, sino demostrar que la vida tiene tanto
de tragedia como de comedia, que las casualidades son al fin y al cabo los
hitos que van trazando nuestro destino. Quizás un destino que ya está escrito
en alguna parte sin remedio, sin alternativa. Eso plasma Auster en ‘Sunset
Park’ con su talento magistral para contar historias como si fuese la cosa más
fácil del mundo.
Genial Auster.
Sencillamente genial.
©MARÍA AIXA SANZ