«…
El sueño es una cárcel para un muchacho que tiene amigos con los que reunirse.
Las noches nos impacientaban y nos levantábamos antes de que el amanecer se
adueñara del buque. No queríamos esperar: queríamos seguir explorando sin
descanso aquel universo. Tumbado en mi litera oía cómo Ramadhin llamaba
discretamente a la puerta, en código. Un código inútil, pensándolo bien,
porque, ¿quién podría haber aparecido a aquella hora? Dos toques, una larga
pausa, otro toque. Si no bajaba de la litera y abría la puerta, oía su tos
teatral. Y si a pesar de todo seguía sin responder, le oía susurrar «Mina», el nombre del pájaro que se había
convertido en mi apodo.
Nos
reuníamos con Cassius junto a las escaleras y, muy poco después, paseábamos
descalzos por la cubierta de primera clase, dado que sus dependencias eran un
palacio sin vigilancia a las seis de la mañana…»
Alfaguara publica la última
novela de Michael Ondaatje: ‘El viaje de
Mina’. Una espléndida novela que nos sumerge en el vientre del Oronsay, el barco que lleva a Mina desde
Ceilán a Inglaterra. Mina es un chaval de once años que emprende una travesía
de veintiún días a bordo del Oronsay
con tan solo una pequeña maleta y la curiosidad propia de su edad. En el barco
se hace amigo de otros dos chavales Cassius y Ramadhin con los cuales estará
ligado de por vida, ya que lo que los tres vivirán en el Oronsay marcara su personalidad.
Del mismo modo
cómo la travesía en el Oronsay y el paso por el canal de Suez marcara
cada una de sus vidas también lo hará la
mesa del gato, que es la mesa del comedor del barco donde deben sentarse,
llamada la mesa del gato por ser la
mesa más alejada de la del capitán. Sus compañeros de mesa son los que les
abrirán los ojos y la curiosidad a un mundo infinito de posibilidades, son los
que les cambiaran por y para siempre, sin ser ni Mina ni Cassius ni Ramadhin
del todo conscientes hasta años después.
«Serían siempre personas singulares como ellos, en las distintas mesas del gato a lo largo de mi vida, las que conseguirían cambiarme.»
Esa mesa del gato del Oronsay con sus comensales de personalidades, deseos, secretos y
vidas dispares son los que otorgan a la novela cuerpo, forma y vida propia. Así
que la mesa del gato junto a otros
pasajeros del Oronsay se vuelve vital
para lo que representa ‘El viaje de Mina’. Personajes como la sorda Asuntha, la bella Emily, el músico
Mazzapa, el desguazador Nevil, la patinadora australiana, el botánico Daniels,
el actor Sunil, el profesor Fonseka, el millonario Sir Hector de Silva, la
enigmática Señorita Lasquetti, el Barón C., el compañero de camarote Hastie, la
tía Flavia Prins, el sastre Guneskera, el preso Niemeyer y otros, pueblan ‘El viaje de Mina’ de ricos matices,
aportaciones, colores y sabores que no se pueden abarcar en una reseña pero por
suerte sí en una novela y ‘El viaje de
Mina’ existe para que disfrutemos de un ejemplo de literatura en estado de
gracia.
‘El vieja de Mina’ es una novela de
personajes.
Una novela de
aventuras donde la aventura mayor es como todos sabemos: vivir.
‘El viaje de Mina’ es una novela de
altura.
© MARÍA AIXA
SANZ