—Oiga,
don—lo encara, cuando no puede más—: Qué le parece si nos asociamos: yo
compro bizcochos y usted me convida a mate.
El viejo acepta y el
Ruso se hace una escapa hasta el bufet.
—¿Abro
los dulces o los salados? —pregunta
cuando vuelve.
—Eeeeh…
arranquemos por los dulces, si le parece.
El Ruso asiente, se
sienta junto al viejo y abre el paquete de bizcochos. A la cuarta o quinta
ronda de mate ya tiene un bosquejo de la biografía del viejo.
‘Papeles en el viento’ la nueva novela de Eduardo Sacheri publicada por Alfaguaraes
la historia de cuatro amigos, una historia a cuatro bandas: cuatro tipos
completamente distintos que han crecido juntos en el mismo barrio y cuyas vidas
siguen estrechamente ligadas con una lealtad a prueba de bomba. ‘Papeles en el viento’ es la historia
de: Fernando, el tipo íntegro; el Ruso, el grandote de corazón;
Mauricio, el ambicioso; y el Mono, el tarambana. Cuando el Mono se
muere les deja a los otros tres el pase del futbolista Mario Juan Bautista
Pittilanga; éstos deciden vender a Pittilanga para recuperar el
dinero que el Mono invirtió con tal de dárselo a la hija de diez años
del Mono. Esa buena idea se convierte en toda una aventura de
cuatrocientas páginas en que el lector va a disfrutar como pocas veces. ‘Papeles en el viento’ no es una
boludez para que el futbol también invada las páginas literarias. En ‘Papeles en el viento’ el fútbol es la
excusa para contar una historia de verdadera amistad; de un territorio común;
es la historia de cómo, cuánto y hasta dónde es capaz de llegar, aguantar y
soportar la lealtad. ‘Papeles en el
viento’ es un canto a este tipo de amistad, una amistad que viene a ser
como de hermanos. La novela de Eduardo
Sacheri tiene la dosis de humanidad y de realidad necesarias como antídoto
ante el otoño, no hablo solamente del otoño estacional sino del otoño de
nuestras vidas. Una novela que hace aflorar la risa y la ternura a partes
iguales. Una novela perfecta. De esas que al cerrarlas el lector siente la
satisfacción de haber leído una novela que le ha sumado en su vida, de haber
leído una historia bien contada, con unos personajes entrañables y
maravillosamente definidos.
© MARÍA AIXA SANZ