11 de noviembre de 2013

INOLVIDABLES: “INFORME DEL INTERIOR” de Paul Auster


… Pese a la evidencia exterior, sigues siendo quien eras, aunque ya no seas la misma persona.

‘Informe del interior’ (Anagrama), el último libro de Paul Auster publicado en el mundo entero es a diferencia de ‘Diario de invierno’ —que era una biografía novelada— la memoria del autor recogida en un volumen. Paul Auster en ‘Informe del interior’ le habla de tú al niño, al chaval, al muchacho que fue. Rescatando momentos sumamente divertidos y otros altamente arriesgados por su desnudez y densidad. En un ejercicio de honestidad y generosidad se desafía a sí mismo poniendo en negro sobre blanco aspectos, cuestiones, trances y sentimientos que otros muchos callarían; y lo hace porque quiere desentrañar cuánto en su etapa adulta, madura, de hombre de sesenta y pico años hay de que aquel niño, chaval y muchacho que fue. Con una razón o excusa bastante indiscutible: «La única prueba que posees de que tus recuerdos no son enteramente engañosos es el hecho de que a veces incurres en la misma forma de pensar.» Y de una forma muy directa sin paliativos ni engaños, Paul Auster le habla al niño que fue y ante nosotros se abre todo un mundo, su mundo, desde el instante en que Auster niño fue consciente a los seis años de que discurría por sí solo, hasta el motivo por el que nunca escribió un diario; y entretanto sus pensamientos, conflictos y contradicciones sobre Dios, el hecho de ser judío, su admiración por Edison, la lealtad para con sus amigos, la lectura, la escritura de poemas, su entrono familiar, sus amores, sus desenamoramientos, el beisbol, sus nubes, sus padres, el huerto de tomates, la guerra de los mundos y su soledad. ‘Informe del interior’ es el retrato más íntimo de Paul, y cada una de las líneas de ese informe configuran y forman al Paul Auster, al novelista, al escritor que todos nosotros admiramos. De ahí la valía e importancia de este libro, al que se debe acudir con el respeto de saber que la intimidad nos será revelada. Una vez acabada la lectura comprobaremos la excelencia de este trabajo, del propósito que se marcó el tres de enero de dos mil doce Paul Auster.

«Temido aburrimiento, largas y solitarias horas de silencio y vacuidad, mañanas y tardes enteras en las que el mundo dejaba de girar a tu alrededor, y sin embargo aquel terreno desolado demostraba ser más importante que la mayoría de los jardines en los que jugabas, porque entonces fue cuando aprendiste a estar solo, y únicamente cuando una persona está a solas consigo misma puede dar rienda suelta a su imaginación.»


© MARÍA AIXA SANZ