… Daniel Peck se abrochaba su camisa sin cuello, se ajustaba sus
tirantes gris perla y examinaba su rostro blanco, impasible, en el espejo de la
habitación. Daba cuerda a su reloj de oro. Arreglaba su cama. Llegó incluso a
trasformar sus viajes —la parte más inestable de su vida— en previsibles
modelos de orden y rutina. Porque Justine siempre iba con él, él siempre se
sentaba al lado de la ventanilla, ella leía su National Geographic, y mantenían
sus conversaciones ….
La primavera pasada en una de
esas gratas sorpresas que te depara la vida descubrí a la novelista Anne Tyler con ‘El hombre que dijo
adiós’. Me fascinó su forma impecable de narrar del mismo modo como me fascinó
la historia, una historia que se salía de lo esperado. Anne Tyler ha sido para mí un hallazgo literario como lo fue en su
día Carmen Martin Gaite, Paul Auster, J.M.G Le Clézio, Charles Dickens, autores
en los que no me había detenido por el discurrir de la vida o por no saber que
existían, de modo, que como en esos otros casos tuve ganas de leer toda su
obra. Así que me propuse para el verano leer todas las novelas publicadas en
castellano de Anne Tyler, una
experiencia que ha resultado ser maravillosa. Anne Tyler me maravilla y sus historias me gustan de esa forma en
que gustan las novelas que no deseamos que acaben nunca. Empecé mi deambular
por la obra de Anne Tyler con ‘Buscando a Caleb’ (Debolsillo) para luego seguir con otros títulos de los cuales en
las próximas semanas daré cuenta.
‘Buscando a Caleb’ es una más que espléndida novela que satisface en
todos los aspectos y que consigo lleva una historia difícil de olvidar, pues la
familia Peck se instala en la vida
del lector para quedarse. Como en toda la obra de Anne Tyler en ‘Buscando a
Caleb’ los personajes protagonistas marcan con el resto del mundo una
distancia que se convierte en su forma de estar y entender la vida. La saga de
los Peck tiene características
definidas que los une, pero como en todas las sagas y familias siempre hay
alguien que se desmarca y que pone en entredicho esa forma de vivir, en los Peck, primero es Caleb y décadas después Duncan.
Dos seres inquietos y curiosos que no se conforman con lo que la vida por cuna
les depara. Y a Duncan se le une Justine sea por inercia, por amor o por
destino; y Justine resulta ser uno de
los personajes femeninos más estrambóticos de la literatura. Es Justine quien junto a su abuelo va a la
búsqueda de Caleb, y Caleb se trasforma sin saberlo en un
motivo para vivir, en una meta, en un reto, en el pretexto para no estarse quieto.
En ‘Buscando a Caleb’ Anne Tyler
contrasta la confortable y pautada al milímetro forma de vivir de los Peck con la forma cambiante y aventurera
de vivir de los otros Peck, es decir,
los que serían las ovejas negras de la familia y deja al lector la satisfacción
de comprobar quienes son más felices o se han sentido mejor a lo largo de su
existir.
‘Buscando a Caleb’ es una de las más brillantes, ricas y soberbias
novelas que he leído en los últimos años. Una lectura radiante. Como dije en
‘El hombre que dijo adiós’ leer a Anne
Tyler es todo un placer.
© MARÍA AIXA SANZ