… Por alguna razón, Morgan se sintió alegre de pronto. Echó a andar más
deprisa y empezó a sonreír. Cuando llegó a su lado, tarareaba. Todo lo que veía
parecía luminoso y bello, lleno de posibilidades.
Morgan Gower, el protagonista de ‘El tránsito de Morgan’ (Debolsillo) de la maravillosa Anne Tyler, es uno de esos personajes
con los que el lector o queda seducido y a su merced o le produce un absoluto
rechazo e irritación. Morgan Gower es
un personaje de extremos. A mí, Morgan
Gower, me ha conquistado desde el principio de la novela hasta la última
página y se ha quedado instalado en mi memoria como un tierno y divertido
recuerdo. Morgan Gower me divierte.
Divierte al lector que decide emprender junto a él la metamorfosis, el tránsito
o el proceso de transformación que tan espléndidamente plasma en esta novela Anne Tyler. Morgan vive rodeado de ruido, en una casa repleta de gente y de
cosas, tiene siete hijas, una esposa, una hermana, una madre y un perro bajo el
mismo techo; el desagrado que le produce todo ese barullo lo transmite
cambiando sin darse apenas cuenta de personalidad, convirtiéndose en otros
seres interesantes con vestuario incluido, en una de esas variaciones conoce a Leon y a Emily, un matrimonio de titiriteros. Y es la austeridad de Emily, —una mujer que todo lo que quiere
poseer en este mundo y así lo lleva a cabo es sólo lo que pueda meter en
una maleta en treinta segundos— lo que
atrae desde el primer momento a Morgan y
poco a poco se va instalando en él el deseo de vivir en esa austeridad, en esa
serenidad, en esa elegancia que posee lo poco. El viaje hacia ese punto, hacia
esa ambición secreta de Morgan es ‘El tránsito de Morgan’. Un viaje que
parece a todas luces imposible. ¿Pero qué osado dijo que algo es imposible?
Leer a Anne Tyler como he repetido en varias reseñas es todo un placer,
pero leer a Anne Tyler, a esta extraordinaria
contadora de historias, y divertirse a carcajada limpia, sonora y feliz es el súmmum.
De lejos ‘El tránsito de Morgan’ es una de esas novelas que marcan la
diferencia. Memorable. Morgan, su historia y sus mundos son
memorables.
© MARÍA AIXA SANZ